Se cree que esta delicia se originó como una forma de aprovechar los quesos locales. En México, la diversidad de quesos, desde el fresco hasta el añejo, permitió a las familias experimentar con sabores y texturas. La combinación de tres quesos no solo aporta un perfil de sabor único, sino que también simboliza la riqueza de la gastronomía mexicana.
A lo largo del tiempo, este pastel se ha ido adaptando. Algunas versiones incluyen frutas como piña o fresas, mientras que otras optan por coberturas de chocolate o salsas de frutas. Cada región tiene su propia variante, lo que lo convierte en un postre versátil y querido por muchos.
Hoy en día, el pastel de tres quesos es un favorito en bodas y celebraciones familiares, y su popularidad sigue creciendo fuera de las fronteras mexicanas. ¡Es una verdadera joya culinaria! Si tienes alguna versión favorita o quieres probar hacerla, ¡cuéntame!
Engrase una fuente grande de horno con la mantequilla.
Ponga a hervir una cazuela con agua ligeramente salada. Cuando rompa a hervir añada los macarrones y el aceite, y cuézalos unos 8 - 10 minutos o hasta que estén al dente. Ecúrrralos y resérvelos en un lugar caliente.
Bata los huevos con el queso ricotta y sazone a su gusto.
Ponga la mitad de los macarrones en la fuente preparada y cubralos con la mitad de las hojas de albahaca.
Añada la mitad de la mezcla de ricotta. Espolvoree entonces con el queso mozarella o halloumi y coloque el resto de las hojas de albahaca. Haga otra capa con el resto de los macarrones y recubra con la mezcla restante de ricotta. Espolvoree a continuación el el parmesano recén rallado.
Cueza el paste en el horno precalentado a 190 °C durante 30 - 40 minutos, hasta que esté dorado y el queso burbujee. Adorne luego con las hojas frescas de albahaca y sírvalo inmediatamente.