Con un bote o sobras de salsa de tomate, un queso fundente y poco más, ya tenemos solucionado el picoteo sirviendo unas riquísimas mini pizzetas de hojaldre, idea que además copiamos vilmente de la web italiana Il cucchiaio d'Argento. En la original usan passata de tomate mezclada con aceite de oliva, sal y pimienta, pero nosotros hemos aprovechado que teníamos nuestra salsa a mano para la base; puedes usar la que más te guste o la que emplees habitualmente en las pizzas.
Precalentar el horno a 180ºC con aire o 190ºC con calor arriba y abajo. Cubrir una bandeja de horno con una lámina de papel antiadherente. Abrir el paquete de hojaldre, enharinar la superficie de trabajo o la propia hoja antiadherente en la que viene envuelta, enharinar un poco por encima y estirar ligeramente con un rodillo.
Cortar las mini pizzetas con un cortador redondo de pastas o galletas, de entre 3 y 6 cm de diámetro, según el tamaño deseado. Llevar con cuidado a la bandeja preparada y pintar con el huevo batido.
Cubrir sin llegar a los bordes con salsa de tomate, pinchar con un tenedor, añadir una porción de queso mozzarella y orégano. Hornear unos 14-16 minutos o hasta que estén bien doradas.
Si te descuidas, estas mini pizzetas de hojaldre se devoran solas, especialmente si las haces en el formato más pequeño de un mini bocado. Puedes servirlas en una cena de picoteo con unos antipasti o acompañando una ensalada caprese y una selección de embutidos y quesos, o simplemente como entrante de cualquier menú diario; quedarían genial, por ejemplo, antes de un emperador a la sicíliana.